En el anterior post sobre el tatuaje reconstructivo tras la mastectomía, hablamos de la posibilidad de disimular cicatrices y reconstruir pezones y areolas cuando el caso así lo requiera.
Cuando en una intervención quirúrgica eliminan gran parte del pecho, cabe la posibilidad de recrear una mama con aspecto natural a través de varias técnicas, como son las prótesis, injertos grasos, y con tejidos propios obtenidos de las zonas del dorsal o del abdomen. En este último caso, denominado abdominoplastia, movilizan la piel y la grasa abdominal para reconstruir la mama con tejido propio del paciente y así evitar usar prótesis.
Esta intervención, pese a realizarse con microcirugía y conseguir una mama mucho más natural, deja una amplia cicatriz en el abdomen. En este caso, al igual que ocurre tras la mastectomía, el tatuaje también puede servir de ayuda para tapar la cicatriz.
En el pecho, ya hemos comentado que podemos reconstruir el pezón y areola con el tatuaje, pero además, puede quedar alguna cicatriz fuera de la areola producida por la intervención quirúrgica según el grado en que el cáncer haya afectado la zona. En estos casos puede también disimularse la cicatriz con una discreto diseño sobre la misma, siempre que la cliente lo desee. Pues lo mismo ocurre en el abdomen, podemos a través del tatuaje tapar total o parcialmente la zona afectada por la cicatriz.
Relato el caso de una cliente que llegó al estudio tras haber sido objeto de una mastectomía años atrás. Pero en este caso no vino a requerir los servicios de reconstrucción de pezón o areola, sino de un tatuaje sobre la cicatriz que le quedó en el abdomen por haberle sido realizada una abdominoplastia. Me comentó que estaba ya hastiada de verse durante estos últimos años y a diario la cicatriz cada vez que se ponía frente al espejo.
Ella llegó ya a nuestro estudio con un discreto tatuaje realizado anteriormente, sobre la cicatriz en uno de sus pechos, tras la reconstrucción de mama. Le sugerí mantener en el nuevo tatuaje que realizásemos, la misma línea visual del tatuaje del pecho, y aparte, algún motivo que le gustase.
A ella le encantan los duendes y hadas y me dio carta libre para trabajar en el diseño. Nos pusimos mano a la obra y una vez realizado el dibujo le llamamos para que nos diese el visto bueno y ajustarlo al máximo a su cicatriz.
Una vez con el diseño definitivo la llamamos para empezar con el trabajo. Colocación del transfer y a comenzar el tatuaje… 
Tras unas horas de trabajo, y, acompañado de una de las mujeres con más sentido del humor que he visto, entre bromas, chistes y anécdotas, junto con una amiga que le acompañó en todo momento, finalizamos el tatuaje.
Hay clientes que tras la realización del tatuaje salen del estudio súper contentos y felicitándote por el trabajo realizado; eso es estupendo, no cabe duda, pero que este tipo de clientes con circunstancias tan particulares, te den las gracias… es algo muy, muy especial. Saber que le estás ayudando, aunque sea solo un poco a mejorar su vida, el ayudar a sentirse mejor, puedo asegurar que esto no tiene precio. Y espero tener muchas más posibilidades de ayudar a hacer más feliz a la gente a través de la realización de este tipo de tatuajes reconstructivos. Gracias a todas vosotras.
