En post anteriores publicamos un informe del Cirujano Plástico Dr. Fernández Álvarez que nos habló sobre la necrosis. Entresacamos alguno conceptos de interés para adentrarnos en este trabajo reparador.
«La cicatrización es el proceso mediante el cual nuestro cuerpo repara las lesiones que se producen en nuestros tejidos. Sin embargo esta reparación es defectuosa y no restaura los tejidos con sus componentes originales; su característica principal es la producción de un tejido fibroso que sustituye al tejido lesionado y actúa como “pegamento” para volver a unir y reparar los tejidos.
Este tejido cicatricial está constituido por fibras de colágeno de disposición desordenada, que aportan resistencia y rigidez a la cicatriz, pero reducen la elasticidad e interfieren con la vascularización, modificando el flujo sanguíneo de los tejidos de alrededor.
Cuando la piel u otros tejidos de nuestro cuerpo pierden el flujo sanguíneo normal, se produce por falta de aporte o por incapacidad para el drenaje venoso, la muerte celular o necrosis del tejido afectado. En el caso de la necrosis de areola y pezón que nos ocupa, la cirugía lesionó el aporte vascular de estos tejidos y la alteración de su flujo sanguíneo desencadenó la muerte o necrosis cutánea, y posteriormente puso en marcha el proceso de cicatrización para la reparación de la herida resultante.
Si el tatuaje se realiza antes de que se haya completado el proceso de cicatrización y formación de nuevos vasos sanguíneos, el riesgo de una nueva necrosis cutánea es mayor. Por tanto, la principal medida para reducir el riesgo de necrosis de la piel como consecuencia del tatuaje es dar el tiempo suficiente para la maduración de la cicatriz, que variará entre 12 y 18 meses dependiendo del grado y extensión de la necrosis previa.
Se trata de una piel con menor elasticidad, una dermis que ha sido sustituida por tejido fibroso peor vascularizado y cuya nutrición depende de la formación de nuevos vasos sanguíneos (neoangiogénesis) a partir de los tejidos sanos de alrededor. La formación de estos nuevos vasos sanguíneos y la remodelación de la cicatriz es un proceso lento que dura un mínimo de un año hasta alcanzar su madurez definitiva.»
Tras el primer contacto con la cliente y evaluación de su caso, le reconstruyeron el pezón por el sistema del colgajo. El pezón y areola una vez curados quedó desplazado hacia el exterior, hacia la zona de la axila. Lo normal para cubrir la cicatriz necrosada es trabajar encima de ella, pero la cliente prefirió «centrar y colocar la areola en su sitio», es decir prefería dejar la «mancha y pezón» de su areola necrosada fuera del nuevo tatuaje para que viéndose ambos pechos frente, se apreciasen dos areolas equilibradas y centradas y no una de ellas «vizca» como la propia cliente definió. De hecho, su pezón reconstruido queda en la zona de la nueva areola (precisamente una de las zonas que ha perdido pigmento por tratarse de una piel cicatricial y dañada).
En este caso hemos documentado el proceso completo de curación con un total de 21 días. Como puede apreciarse, la tinta ha cogido bastante bien pese a que algunas zonas, lógicamente las que tienen piel cicatricial, han perdido intensidad de color.
Observamos también que en el periodo del día 3 al 6 comienza a soltar piel muerta, pellejitos, algo totalmente normal en el proceso de curación de cualquier tipo de tatuaje.
En el día 10 aún hay zonas que supuran levemente y se producen pequeñas costras. En este caso es precisamente la zona de reconstrucción del pezón, que fue la última intervención quirúrgica que se realizó, la más reciente.
En las imágenes superiores de la areola «sana» en la que se aprecia una despigmentación de la areola, entre el día 3 y 6 comienzan a salir pequeñas postillas que han terminando cayendo y junta a ella también el pigmento. Como hemos comentado anteriormente, en la piel cicatricial es más difícil que coja la tinta por lo que es normal tener que realizar una segunda sesión.
En la imagen inferior podemos ver la evolución y proceso de curación del tatuaje de ambas areolas y el nuevo pezón con efecto 3D.
Como podéis apreciar, entre el día 13 y el día 21, una semana de diferencia, el pigmento ya se ha estabilizado. Ahora toca el cuidado y mantenimiento por parte del cliente. Mucha hidratación y por supuesto, protección solar en verano incluso con el bañador puesto para evitar que los rayos del sol dañen el tatuaje.
Procederemos en un par de meses a realizar una segunda sesión para conseguir la máxima estabilidad del pigmento, la cual mostraremos más adelante.
Nuestra cliente ha salido plenamente satisfecha incluso con esta primera sesión. A continuación mostramos su testimonio:
«A una semana de cumplir un año más, la vida me ha hecho el mejor de los regalos, un nuevo ángel se cruzó en mi camino…
Me cuesta expresar con palabras lo que ha significado para mi el resultado de su trabajo, quizás porque no era muy consciente de la importancia que tenía lo que me había ocurrido… (mecanismo de supervivencia), pero cuando las palabras no salen, habla el alma, brotaron al finalizar lágrimas de alegría, pero sobretodo de descanso, alivio y agradecimiento…
Y es que como acabo de mencionar, no tengo palabras, pero si quiero agradecerte Manuel, el haber marcado en mí tu GRAN arte, y tu bondad, salvándome de algunas heridas… gracias por haber aportado tu montaña de arena, en este camino con final FELIZ».