Se escucha hablar de los mandalas, y su significado es «círculo sagrado», pero esta palabra dentro del hinduismo y budismo tiene mucho más detrás. Desde el punto de vista espiritual la mandala es un centro de equilibrio, energía y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente de quien medita en ellos.
Crear mándalas y meditar en ellos potencia la creatividad, expande la conciencia, nos ayuda a mejorar la comunicación exterior, nos hace sentir en paz, nos centra y relaja. La mandala es un reflejo de nuestro exterior.
Marta ha diseñado su propio mándala y nosotros se los hemos plasmado en su piel. Un mandala con su «centro» y sus cuatro puntos cardinales.
Se dice que si durante el proceso de creación del mándala entra sueño, se debe a que pasamos de estar tensos a estar relajados… Y así ha llegado a nuestro estudio Marta, relajada, con una gran paz interior, y así se ha mantenido durante las dos horas de sesión que ha durado el trabajo…
Una frase interior y que Marta prefiere mantener para ella, motivo por el que lo ha escrito casi de forma ilegible, termina de cerrar el círculo.
Concluimos este post con una cita del psiquiatra Carl Jung que ha postulado sobre este tema «solo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón. Porque quien mira hacia fuera, sueña, y quien mira hacia dentro, despierta»