Me encanta tatuar, cada día más, y conocer gente; cada una de ellas viven un mundo distinto… pero a todas les une algo… el tatuaje.
Te enriqueces día a día compartiendo vivencias, cuando ellos cuentan sus historias… 
Ana vino por segunda vez a tatuarse junto a su marido,un 7 de septiembre del 2016, un placer charlar con ellos. Al poco me entero de buenas nuevas… y le pido el favor de que las comparta con Twotattoo. Ha tardado en mandarme su relato, pero lo entenderéis perfectamente en cuanto lo leáis…
Ana, un placer y un privilegio haber recibido tu historia. Besos, enhorabuena de nuevo y hasta muy pronto!!!!

La parábola de la flecha envenenada

Hay algunas historias que llegan a nosotros justo cuando las necesitamos. No hace tanto leí una sobre el Buda, que se conoce como “la parábola de la flecha envenenada”. Ante un discípulo particularmente ansioso de respuestas, el Buda contó que un hombre fue una vez herido por una flecha envenenada. Antes de dejar que lo curaran, el hombre preguntó quién le había herido, por qué, de dónde era, qué tipo de arco había utilizado, de qué estaba hecha la flecha, de qué planta provenía la cuerda del arco… El hombre murió, sin llegar a recibir medicina, y sin saber las respuestas a sus preguntas. La interpretación que leí de esta historia, que me convenció del todo, fue la siguiente: si algo te aflige, si se te clava una flecha, arráncatela y no pierdas el tiempo con preguntas. Busca una cura para el daño antes de indagar la causa, que a la postre no es tan importante. Trabaja para sentirte mejor ahora, no tanto para entender qué te hizo sentir mal ayer.

 

El primer elemento de mi tatuaje está ahí para recordármelo. Antes que nada, arráncate la flecha.

 

El segundo es más personal, si cabe, pero tiene un enfoque muy parecido. Se trata de la frase “No day but today”, “no hay más día que hoy”, una variante del carpe diem que es una cita directa de mi musical preferido, Rent, escrita de puño y letra de mi pareja, que me regaló el tatuaje por nuestro aniversario. Os dejo la canción.

 

 

Mi tatuaje, el segundo ya, es un mantra, un recordatorio como los que escribía en mis brazos y mis manos con bolígrafo cuando iba al colegio. En este caso, para recordarme que viva el presente, el hoy, lo más importante que tenemos.

 

 

¿Lo mejor de todo? La misma semana que me hice el tatuaje tuve dos grandes alegrías. Primero me comunicaron la publicación de mi primera novela, La hija de Barbazul, ganadora del VIII Premio de Novela Ciudad de Almería. La segunda, la principal, me quedé embarazada de mi primer hijo, que ha nacido hace unos días. Ya estoy pensando qué tatuarme en su honor…

 

La hija de Barbazul,

Ana de Haro, ganadora del VIII Premio de Novela Ciudad de Almería