El 15 de noviembre de 2015 publicamos un detallado artículo sobre la analgesia epidural y los tatuajes en la zona lumbar, elaborado por Almudena Rodríguez, Matrona de profesión.
Fue una colaboración un tanto especial puesto que ella misma portaba en la zona lumbar un tatuaje y al llamarme la atención este hecho le pedí su colaboración, escribiéndonos dicho artículo. La vida ha hecho que al poco de su publicación se pusiese en contacto con nosotros para darnos una grata noticia, ESTABA EMBARAZADA!!!
Se ofreció a compartir su experiencia el día del alumbramiento, y ver si se encontraba con algún problema o no en el momento de la anestesia, y así lo ha hecho. El mismo día del parto, y mientras esperaba a ver a su hijo pues estaba en observación, me escribió para comunicarme que todo fue bien. He recibido su historia, su experiencia relatada de primera mano, la cual transcribo aquí, no sin antes darle nuevamente la ENHORABUENA por la llegada de su criatura
Almudena, tatuada en la zona epidural, nos cuenta su experiencia tras dar a luz…:
Hola de nuevo, soy Almudena Rodríguez Ramiro, matrona, y autora del artículo “Analgesia epidural y tatuajes en la zona lumbar”.
Tal y como describe Manuel Madrigal en su página web, me ofrecí a escribir el anteriormente citado artículo para informar sobre esta técnica analgésica y desmitificar ciertas creencias que hoy en día, se saben que no son del todo ciertas.
Lo que yo no sabía en aquel momento, cuando estaba realizando el artículo, es que yo también estaba embarazada de mi primer hijo. Por lo que me pareció oportuno describir mi propia experiencia durante mi trabajo de parto, en caso de poder utilizar la analgesia epidural, ya que como podéis apreciar en la imagen, yo también tengo un tatuaje en la zona lumbar.
Pues como iba contando, ingresé el día 22 de julio de 2016 para inducirme el parto por diversos motivos médicos. A las 20:30 h de ese mismo día el anestesista vino a instaurarme el catéter epidural para administrarme la analgesia necesaria. El facultativo médico se fijó en mi tatuaje y tan solo dijo: “vaya tatuaje, pero todavía queda espacio”. Como veis, siempre que haya espacios sin tatuar en esa zona, se puede intentar canalizar el catéter epidural.
Lo que viene a continuación ya es la mejor experiencia que he vivido en toda mi vida, el nacimiento de mi hijo.
Agradezco a Manuel Madrigal la oportunidad de volver a publicar en su página web, aunque tan solo haya sido una nueva entrada de mi anterior artículo. Espero volver a veros pronto. Un abrazo.
Almudena Rodríguez Ramiro.