El síndrome de las piernas inquietas es una afección que causa un impulso incontrolable de mover las piernas, por lo general, debido a una sensación incómoda. Suele ocurrir por la tarde o la noche cuando estás sentado o recostado. El movimiento alivia temporalmente la sensación desagradable. Este ha sido el caso que nos ha sucedido con Rosa. No nos dijo que padecía este síndrome hasta comenzar el tatuaje.
El tatuaje que se ha realizado es una rama de pequeñas hojas de hiedra. No mediría más de 9cm, localizado en el tobillo. Nada más empezar noté un primer espasmo –»Vaya, te habrá cogido alguna zona delicada»–, pero mi sorpresa fue cuando se desarrollaron espasmos tras espasmos uno detrás de otro, y fue entonces cuando me comentó… –«Se me olvidó comentarte que padezco del síndrome de piernas inquietas»–…
Esto me ha movido a buscar información sobre el tema, y la más reciente encontrada de junio de 2018 en el sitio web de Mayo Clinic dice que el síntoma principal es la necesidad de mover las piernas. Las personas afectadas no suelen describir la afección como calambres musculares o entumecimiento. Sin embargo, es frecuente que la describan como un deseo intenso de mover las piernas, como si recibiesen pequeñas descargas eléctricas.
Los investigadores sospechan que la afección puede deberse a un desequilibrio de la dopamina, una sustancia química del cerebro que envía mensajes para controlar el movimiento de los músculos.
En abril de este año ha publicado el Diario ABC en su artículo «Hallan el origen de los síntomas del síndrome de las piernas inquietas» en el que afirma que este síndrome lo padece en torno al 3-10% de la población de nuestro país –si bien hasta un 90% de los afectados lo desconoce– y cuyo origen permanece totalmente desconocido. Sin embargo, como explica Byeong-Yeul Lee, director de esta investigación , «nuestro trabajo, que hasta donde nosotros sabemos es el primero en mostrar cambios en el sistema sensorial relacionados con el SPI, muestra la presencia de cambios estructurales en la corteza somatosensorial del cerebro, esto es, el área en la que se procesan las sensaciones. Así, creemos que los síntomas del SPI podrían estar asociados a los cambios patológicos en este área cerebral».
Sea cual sea el origen de esta dolencia, la anécdota queda en que más vale que, compañeros tatuadores, si os llega algún cliente con este síndrome, os arméis de paciencia y sobre todo de buen pulso para poder llevar a fin el trabajo de tatuaje… Recibir patadas involuntarias cada vez que se pretende realizar una linea no es nada fácil, creedme, pero puedo asegurar que echamos un rato muy agradable, en el que cada vez que pinchaba y ella respondía con sus espasmos múltiples, me decía –»Lo siento, lo intento pero no puedo evitarlo»– tras lo cual los dos echábamos a reír…..