Quien les escribe este post no es solo tatuador. Se licenció en Bellas Artes hace 30 años, y ha realizado numerosas exposiciones de pintura y fotografía a lo largo de estos años. Con el tiempo fue abandonando la fotografía como actividad profesional para centrarse en la pintura y el retrato y posteriormente en el mundo del diseño gráfico y la docencia.
En estos momentos en el que está inmerso en el mundo del tatuaje vuelve a recuperar la pasión por la fotografía. Parte de «culpa» la tiene su hijo Álvaro, bailarín profesional de danza clásica y contemporánea en la CND, que además de la danza tiene como vocación la fotografía, actividad que desarrolla paralelamente y que muestra en su página. En su caso, por los conocimientos que posee de la danza, tiene la capacidad de capturar el momento de máxima tensión, perfección y belleza en el movimiento. 
Algo similar se ha despertado en el autor de este post, que le hace ver la belleza plástica del tatuaje y el piercing de una madera muy especial. El cliente cuando entra en nuestro estudio nos deja testimonio de sus vivencias y porqué quiere marcar determinadas experiencias y sentimientos en su piel.
Esperamos que a través de nuestros tatuajes y fotografías, continuemos reflejando esos momentos especiales de la vida con toda la belleza plástica que podamos aportar.
Gracias a todos los que habéis pasado por nuestro estudio por haber despertado de nuevo mi pasión por la fotografía.
