El tatuaje ayudada a mantener el recuerdo de momentos especiales y de personas queridas que han dejado huella en la vida. En la vida de Álvaro había alguien muy especial que ya no está con ellos, su abuela Ana María. Con el dolor aún en su corazón, padre e hijo esparcieron sus cenizas desde el Mirador de Trafalgar, en Caños La Meca.
Y así ha querido dejar constancia del amor a su abuela, tatuándose en su antebrazo la frase «Fuerza y Fé» acompañado al pie de la frase el nombre de ella y las coordenadas desde donde arrojaron sus cenizas.
En breve marchará Álvaro a Edimburgo, pero vaya donde vaya la acompañará siempre el recuerdo de la persona que ha dejado una gran huella en su vida, su abuela.
Buen viaje Álvaro y hasta pronto!!