Tatuajes sobre injertos de piel

El ceramista de Triana y su caso


 

Esta historia merece ser contada tanto por el trabajo reparador que se ha realizado como por el motivo por el que tras 40 años se cubre un injerto de piel y numerosas cicatrices que tiene en su cuerpo. 

 

Nuestro cliente «F» que hoy cuenta con 53 años de edad, se le ocurrió con 14 años realizarse 3 tatuajes, localizados uno de ellos en el pecho y los otros dos en los brazos, uno en el derecho y otro en el izquierdo.  Su padre, no de acuerdo con la decisión que tomó su hijo, se hizo cargo de, a través de intervenciones quirúrgicas,  eliminarle los tatuajes una vez cumplió los 16 años.

 

La eliminación de tatuajes mediante láser es una técnica relativamente novedosa y aún en evolución, por lo que hace 40 años, la única forma de quitarse tatuajes era o hacerse un cover, es decir, tatuarse otro encima, o pasar por quirófano y quitar capas de la piel mediante bisturí e incluso llegando a extraer zonas de la piel de su pierna para injertarla, en este caso, en el brazo. «F» pasó por varias intervenciones quirúrgicas para finalizar con operaciones estéticas pero que nunca llegó a realizarse, y por ello quedaron sus cicatrices e injertos tan marcados.

 

«F» ya estaba cansado de tener que dar explicaciones a la gente cuando les veía sus cicatrices y ha tomado la decisión de volver a tatuarse para disimular esas marcas. Cuando contactó con nosotros mostró preocupación y desconfianza, algo lógico y comprensible, son zonas de piel dañadas y delicadas y no puede ponerse en manos de cualquier tatuador tal como él afirmaba. Cuando mantuvimos la primera reunión para analizar cada una de las zonas ya mostró su plena confianza y procedimos a la realización de diseños totalmente adaptados a sus cicatrices.

 

Comenzamos con una primera sesión, una pluma cubriendo una cicatriz en el pecho, y el mismo día continuamos con un colibrí en vuelo a color en uno de sus brazos.

 

 

 

 

 

El trabajo sobre el injerto era más complejo, tanto de trabajar como el buscar un motivo interesante y que fuese de su agrado, por lo que decidimos dejarlo para una segunda sesión. Estuvimos charlando un buen rato, sobre su vida,  sus aficiones, su profesión… y precisamente, la actividad laboral que desarrolló durante muchos años me dio juego para trabajar sobre el diseño.

 

 

«F» trabajó como ceramista en Triana, en el ya desaparecido taller Montalban, en plena calle Alfarería. El tipo de cerámica que caracteriza a este taller era la decoración con motivos muy ornamentales, y nos pareció que estos motivos se podían adaptar muy bien, intentando cubrir al máximo la zona del injerto y cicatrices pero a la vez intentar no salirnos en exceso de las mismas.

La imagen principal de este diseño está basada en una escultura ubicada en la fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas, en Valencia, y presidida por la imagen de la Virgen, que desde ella descienden dos caudales de agua en alusión al título de los marqueses. Dos atlantes a los lados que simbolizan dos ríos, todo con un aspecto de desbordante voluptuosidad. Se trabajó el diseño con uno de ellos y bajo éste, dos dragones enfrentados y ornamentaciones buscando el carácter de la cerámica propia del taller donde tantos años pasó.

 

 

 

«F»…  ya  puedes volver a disfrutar de tus nuevos tatuajes y sobre no volver a tener que dar explicaciones del porqué de sus cicatrices a nadie más… Ahora solo te pararán para que les enseñes tus tatuajes!!. Desde aquí, querido amigo, quiero darte las gracias por haber confiado plenamente en mi trabajo. Sigue cuidándote los tatuajes tal como has hecho, y te aseguro que durará muchísimos años y se mantendrán como el primer día.

Gracias y encantado de conocerte y haber compartido esta historia!!!